Ese beso cosecha tardía despertó un silencio de días chatos y lo convirtió en aguacero, esos que sorprenden a los que andan sin prisa y sin paraguas y se ríen a capella porque saben que no hay tiempo para ensayar abrazos, sólo un rato de pasión y un aplauso, para luego reestrenar el día chato.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias!
Vuelve a visitarme...