Dame fuego, dame dame luz

Alejo Dameluz posee el don de enamorar mujeres. A su paso provoca un coro de suspiros. Sin proponérselo.A pesar de que se ha convertido en un oficio y vocación, tiene la ingenuidad del noble y del artista. Hubiera sido un héroe medieval pero por fortuna para muchas nació hace casi cuarenta años. No los aparenta.Su pelo lacio y casi dorado enmarca su rostro masculino. Sus ojos avellana se esconden tras un flequillo largo y rebelde. Cuando está vestido usa colores que evocan a las montañas y al mar. Huele a almizcle. Su piel es de un rosado muy saludable y es fanático de la higiene. Es alto y su peso es acorde a su talla.
Su voz suena a blues; sensual, misterioso en versión acústica.
Sus besos saben a menta y chocolate. Abraza con la mirada, con la sonrisa, con sus brazos fuertes y cálidos.
Él es un objeto de transición entre un marido desabrido y un divorcio picante.